¿Por qué me han recomendado terapia visual?
La terapia visual forma parte del abanico de tratamientos que puede ofrecer un optometrista especializado, cuando, tras un examen visual completo observa que el sistema visual no tiene un rendimiento óptimo y necesita reaprender a ver de manera eficaz.
Reaprender.
Esta es la palabra clave en terapia visual.
“¡Pero si yo sólo iba a por unas gafas por que no veo bien!”
No ver bien, es un concepto demasiado amplio. Por ese motivo, unas gafas no siempre son la solución, ni mucho menos, a nuestros problemas o síntomas visuales.
Para entender mejor esta idea, digamos que el sistema visual es como una silla de cuatro patas, donde cada una de las patas es una habilidad visual: oculomotricidad, enfoque, binocularidad y percepción; que garantizan su estabilidad y funcionalidad.
– Necesitamos tener una buena oculomotricidad (movimientos oculares precisos) para la lectura eficaz y los deportes.
– Necesitamos que el enfoque aclare las imágenes para que no se vean borrosas a ninguna distancia, y que sea flexible y rápido.
– Necesitamos que los dos ojos estén coordinados y apunten al mismo sitio siempre.
– Y también necesitamos entender lo que vemos, percibir toda la información visual de manera que tenga sentido.
Si una de las patas de la silla cojea, al intentar sentarnos en ella nos costará mantenernos cómodamente. Pero si a esa silla le fallan más patas, probablemente en algún momento nos caigamos al suelo.
Esto es lo que ocurre muchas veces, que el nivel de demanda que exigimos al sistema visual es mucho mayor que sus capacidades, y lo hacemos tambalear.
Sí sí, lo hacemos tambalear ¡y más de una vez al día!
Si no me crees, pensemos cuántas horas seguidas pasamos delante del ordenador, sin hacer descansos, tan concentrados que casi no parpadeamos, sin una buena iluminación (la luz que desprende la pantalla no cuenta como iluminación adecuada), usando el móvil antes de ir a dormir, leyendo en la cama, mirando la tele con la luz apagada… y así podría seguir un buen rato.
Gracias a que todos nuestros sentidos se encuentran conectados entre sí, de manera que si uno falla los demás pueden suplir la carencia, si esta inestabilidad visual se mantiene un tiempo prolongado, va a provocar un desajuste en cadena de todos los demás sistemas sensoriales, viéndose afectada la capacidad de atención y concentración, el equilibrio y el control motor, entre otros.
Vamos, que si a nuestro sistema visual no lo tenemos apunto para darle caña día a día, nos vamos a ver envueltos en una serie de consecuencias y no solo visuales, sino que afectarán a nuestro bienestar y rendimiento general.
La terapia visual es una herramienta que nos va a ayudar a afrontar esa demanda visual, y a aumentar la funcionalidad en poco tiempo.
Este es el objetivo general de la terapia visual, conseguir un sistema visual funcional y eficiente con el entrenamiento de todas las patas de la silla, de todas esas habilidades visuales que nos dan estabilidad.
Si tu visión está interfiriendo en tu potencial o en tu bienestar, entrenando todos los días unos minutos durante un tiempo, vas a mejorar los síntomas y empezarás a realizar las tareas sin esfuerzo.
Puede que un objetivo concreto sea no tener dolores de cabeza tras unas horas de trabajo en cerca, mejorar la atención, leer más rápido, tener mejor rendimiento en los deportes, que el resultado de los exámenes académicos reflejen todo el esfuerzo invertido, mejorar la comprensión lectora, eliminar la visión doble, o conseguir ver en 3D.
Cada uno sabe qué necesita, o a lo mejor, aún no te has dado cuenta de que eso que te cuesta demasiado esfuerzo, es algo que puede estar relacionado en cómo procesas la información visual y por tanto, puedes entrenarlo y mejorarlo.
Determinar el estado en que se encuentra el sistema visual y enfocarnos en el estado deseado, planteando unos objetivos concretos, es el camino que nos llevará a conseguir nuestros propósitos.
El programa de entrenamiento visual es individual y personalizado, y exige estar motivado y comprometido en el proceso. Como en la mayoría de las cosas que queremos conseguir, ¿no?