¿Por Qué Si Me Quito Las Gafas No Oigo?

La visión es un proceso tan complejo que necesita de mucha información para poder trabajar al máximo rendimiento.

Siempre hemos considerado los sentidos una puerta de acceso al mundo exterior, a través de los cuales explorábamos nuestro entorno y obteníamos información sobre él.

Son como radares naturales del organismo: vista, oído, gusto, tacto y olfato. Pero también hay que añadir otros, como el sentido del equilibrio, la temperatura, el dolor, la posición corporal y el movimiento.

Hay quien piensa que no podemos fiarnos de nuestros sentidos para conocer el mundo, como Descartes, que opinaba que eran simples captadores de la realidad: transforman los fotones en imágenes, las vibraciones en sonido, y las reacciones químicas en olores y sabores.

Tampoco las percepciones que genera el cerebro a partir de esos estímulos señalan el mundo exterior como es realmente. De alguna manera, aquello que nos rodea y la imagen mental que nos formamos no tienen mucho que ver.

En la infancia, durante el desarrollo madurativo, se produce una fuerte conexión entre los distintos sentidos que es lo que nos permite ser conscientes de la realidad que nos envuelve.

Pero,  ¿cuántas veces os ha pasado o habéis oído decir: “si me quito las gafas no oigo”? Parece no tener mucho sentido, y sin embargo es una sensación muy habitual.

Los humanos compartimos la mayoría de percepciones, porque muchas de ellas son innatas. Es más, tenemos el mismo sistema fisiológico, que nos permite captar estímulos del ambiente y procesarlos.

Este fenómeno es debido a que todo en nuestro interior está conectado, como ya he mencionado antes, y cuando uno de los sentidos falla los otros pueden verse afectados negativa o positivamente para compensar la carencia.

Aunque ya haya respondido a la pregunta, te recomiendo que sigas con la lectura. Sigue siendo tanto o más interesante. Además, si te has fijado, la respuesta a esta primera pregunta genera una nueva cuestión.

¿Por qué la visión está considerada el sentido más importante?

Aquí no existe una única respuesta.

En el libro Tanta Inteligencia y tan poco rendimiento, escrito por Pilar Vergara, una compañera optometrista con larga experiencia y trayectoria profesional, se aportan datos realmente impactantes como que: 

«La visión es un complejo proceso que involucra más de 20 habilidades y más del 65% de las conexiones cerebrales. Cerca del 80% de lo que el niño percibe, comprende, y recuerda depende de la eficacia del sistema visual.»

«La vía visual consume 1/3 parte del gasto energético total de nuestro cerebro (en un sistema que funcione adecuadamente, cuando esto no es así consume más).»

O los siguientes:

«De los 3 millones de los nervios del cerebro, 2 millones son de los ojos.»

«Cada ojo manda al cerebro 1 billón de mensajes durante cada segundo.»

«SOMOS SERES VISUALES. Así lo ha demostrado la neurociencia: el 80% de nuestro cerebro funciona de una u otra forma relacionado con la visión.»

Pilar Vergara.

Mientras estáis leyendo este artículo, todo vuestro organismo está atento a los diferentes estímulos que hay en el ambiente.

Para empezar, los ojos están recogiendo la información visual y enviándola al cerebro;  las manos sienten el tacto de la pantalla en las yemas de los dedos; los oídos están rastreando, quizás de forma inconsciente, el entorno en busca de variaciones, de la misma forma que la nariz también está atenta a cualquier cambio.

Todos los sentidos envían información al cerebro continuamente y con ella, éste se hace un mapa de la situación.

Cuando uno de los receptores sensoriales que recubren nuestro cuerpo detecta un estímulo en el ambiente, lo capta y lo envía al cerebro traducido en una señal eléctrica. Una vez llega esa información, el cerebro se encarga de organizarla, interpretarla y darle significado mediante un proceso denominado percepción.

Nuestro sistema perceptivo, crea una representación del mundo gracias a los sistemas sensoriales, que nos permiten generar valoraciones rápidas, detectar posibles peligros, disfrutar de ciertos placeres, etc. Y con total seguridad, es el salvavidas que nos ha permitido llegar hasta aquí.

No obstante, no registra todo lo que hay fuera de nosotros, sino que selecciona aquello que considera importante para la supervivencia y la reproducción. A todo lo demás le hace mucho menos caso.

Con la información que recoge teje una representación del mundo. Esta información que se suele considerar más importante, suele provenir en la mayoría de los casos del sistema visual.

Por ejemplo, nuestro sistema auditivo es capaz de detectar la localización de un sonido en los 360º del campo. Pero, nuestros ojos verán antes aparecer el coche que lo oirán. 

Por la predominancia del sistema visual, al igual que si nos quitamos las gafas no oímos, cuidar nuestra visión y darle las mejores condiciones de trabajo favorecerá al resto de los sentidos.

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Paula Malonda. Opometrista Comportamental y del Desarrollo
«El aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información». Albert Einstein

BIBLIOGRAFÍA

Feynman, R. El placer de descubrir. Editorial Crítica; 2001.

Goller, B. Espacios Sónicos: intersecciones entre arquitectura y sonido. UPM; 2014.

Mora, F. Cómo funciona el cerebro. Alianza Editorial; 2009.

Spence, C. Gastrofísica. Ediciones Paidós; 2017.

Vergara, P. Tanta inteligencia y tan poco rendimiento. Aurum Volatile; 2014.



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