¿Qué gasolina es la buena para mantenernos enfocados?

Revisando un día a un chica en la consulta, me comentó que desde que había dejado de tomar leche se concentraba más en el trabajo. Se lo había sugerido una compañera, al ver que se resfriaba con frecuencia y le costaba mantener el foco. Decidió consultarlo con un nutricionista, y efectivamente resultó ser alérgica al azúcar de la leche (lactosa).

Algo parecido comprobó la madre de un niño con tendencia irritable, que ante momentos de estrés se comportaba de forma agresiva, y con una cantidad de mocos asombrosa todos los días.

Todo cambió desde el momento que eliminó de su dieta el azúcar. Incluso dejó de tener pesadillas por la noche (en algunos casos pueden estar relacionadas con parásitos).

Estos cambios, no son de extrañar en absoluto.

Todo lo que comemos afecta directamente a nuestra energía y a nuestra relación con el estrés. Por lo que si existen desbalances bioquímicos, intolerancias o alergias,  se van a reflejar en nuestro comportamiento, en el control motor y por supuesto en las funciones visuales.

Lo que comemos es nuestra gasolina para funcionar durante el día, y a nadie se le ocurriría ponerle a su Ferrari o Lamborghini gasolina low cost.

Nuestra manera de alimentarnos ha ido cambiando a lo largo de la historia, y por desgracia, en estos últimos años los humanos hemos comido más azúcares refinados y carbohidratos que nunca antes.

Y digo por desgracia, porque ya hace tiempo que estamos conociendo la influencia terriblemente negativa que tienen estos “alimentos procesados” en nuestra salud.

Aún así, es más común de lo que desearía, ver a los niños en la sala de espera antes de entrar a la consulta, tomándose un zumo con galletas para merendar, o un bocadillo de Nocilla, o unas ensaimadas…

Y con frecuencia, estos niños tienen “déficit de atención”, o problemas académicos, o problemas de comportamiento, entre otros muchos síntomas.

Los cambios en la nutrición en nuestra dieta, regulan las respuestas de nuestro cuerpo frente al estrés, y afectan directamente a nuestro comportamiento y nuestra visión.

Tras un examen visual completo, una parte fundamental para el éxito del tratamiento planteado, es la revisión de la dieta, la eliminación de ciertos alimentos, y la suplementación con omega 3 DHA, entre otros complementos. Y esto aplica para todos los pacientes, niños, adultos y tercera edad.

En caso de realizar una terapia visual, llevar una dieta adecuada va a facilitar la consecución de los resultados, y por tanto puede reducir considerablemente su duración.

De esta manera, nos aseguramos que durante el proceso de entrenamiento, el sistema visual va a estar preparado para recibir los inputs necesarios y los va a poder procesar sin generar una respuesta alta de estrés.

En el caso de los niños, los grupos dónde hemos de prestar especial interés en la nutrición, son aquellos  que muestren dificultades en la atención o problemas de aprendizaje. Específicamente, se recomienda retirar de la dieta estos alimentos y/o aditivos:

• Colorantes alimentarios: E102
• Potenciadores del sabor: glutamato monosódico MSG, E621, E622, E623, E624, E625, E626
• Azúcar. Sustituir por estevia, panela, chilitol o azúcar de coco.  
• Gluten y lácteos
• Mercurio. Está presente en los pescados grandes como el atún, sólo tomar 200 gramos al mes.

Como refuerzo en la dieta, la especialista Mercedes Aguirre aconseja tomar Omega 3 DHA 1000mg/día, por su alto beneficio para el sistema nervioso central.

Los ácidos grasos omega 3 son como los ladrillos para construir la grasa que hace falta en las conexiones neuronales.

La buena nutrición facilita la Terapia Visual.

En las personas con baja visión o con patologías en la retina, el omega 3 DHA es fundamental para la función de los fotorreceptores y del epitelio pigmentario de la retina. Es un nutriente esencial que actúa como activador de la función retiniana, la preserva y además la regenera.

Para fortalecer el sistema inmune, el especialista en psiconeuroinmunología Xevi Verdeguer, recomienda suplementar con vitamina C, zinc y magnesio. También aconseja tomar probióticos, con cepas de humanos, ya que tienen mejores efectos estudiados, y complementos de la fitoterapia y micoterapia. (Te invito a que entres en su página web donde encontrarás toda la información, y siempre avalada por los últimos estudios científicos).

No es necesario llegar al punto de enfermedad, para comprender que nuestra salud debe estar en el Top Five de prioridades.

Y eso pasa por darnos LA MEJOR de las gasolinas, que nos asegure los niveles de estrés óptimos que favorezcan nuestro rendimiento y nos permitan mantener el foco.  

Nuestro cuerpo tiene su propio lenguaje para comunicarse, y debemos estar atentos a sus mensajes, porque todo en nuestro organismo está conectado.

No empecemos la casa por el tejado, y ante cualquier problema de atención o comportamiento, revisemos primero una de las principales bases de nuestro “bienser”.

Nos ahorraremos mucho tiempo.

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Paula Malonda. Optometrista Comportamental y del Desarrollo
Que el alimento sea nuestra medicina


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